El 21 de mayo de 1903. Se emplaza en Buenos Aires la Fuente de las Nereidas, de la notable escultora salteña Lola Mora.
Dolores Mora de la Vega de Hernandez
Nació en Trancas, provincia de Tucumán, el 17 de noviembre de 1866. Murió en Buenos Aires, el 7 de junio de 1936. Descendiente de Juan Bautista Alberdi, es conocida popularmente como Lola Mora. Tuvo la escultura en ella una presencia de avanzada, en el sentido cronológico del término, como dice Pagano.
Fue asimismo pintora, concediéndole el gobierno argentino una beca para realizar estudios en Europa. En Roma, frecuentó el taller del pintor Michetti, con quien comenzó a modelar, para ingresar después a los talleres de los escultores Barbella y Monteverde. En 1900 regresó al país y presentó, en Buenos Aires, los bocetos de sus trabajos más característicos: “La fuente” o “El nacimiento de Venus” y los bajorrelieves para la Casa Histórica de Tucumán, adquiridos por el gobierno argentino.
En 1903 retornó a Buenos Aires para la inauguración de “La fuente”, que había donado a la ciudad, como homenaje a la Gesta Emancipadora. Su obra se rige en el Paseo de Julio, de Buenos Aires.
Recuerda Pagano que para llevarla a cabo, tuvo “colaboradores demasiado activos y poco discretos”, apoyados por la malevolencia de muchos. Lola Mora volvió a Italia en 1906 y allá labró otros varios grupos escultóricos. La ancianidad la encontró pobre entre nosotros.
Nació en Trancas, provincia de Tucumán, el 17 de noviembre de 1866. Murió en Buenos Aires, el 7 de junio de 1936. Descendiente de Juan Bautista Alberdi, es conocida popularmente como Lola Mora. Tuvo la escultura en ella una presencia de avanzada, en el sentido cronológico del término, como dice Pagano.
Fue asimismo pintora, concediéndole el gobierno argentino una beca para realizar estudios en Europa. En Roma, frecuentó el taller del pintor Michetti, con quien comenzó a modelar, para ingresar después a los talleres de los escultores Barbella y Monteverde. En 1900 regresó al país y presentó, en Buenos Aires, los bocetos de sus trabajos más característicos: “La fuente” o “El nacimiento de Venus” y los bajorrelieves para la Casa Histórica de Tucumán, adquiridos por el gobierno argentino.
En 1903 retornó a Buenos Aires para la inauguración de “La fuente”, que había donado a la ciudad, como homenaje a la Gesta Emancipadora. Su obra se rige en el Paseo de Julio, de Buenos Aires.
Recuerda Pagano que para llevarla a cabo, tuvo “colaboradores demasiado activos y poco discretos”, apoyados por la malevolencia de muchos. Lola Mora volvió a Italia en 1906 y allá labró otros varios grupos escultóricos. La ancianidad la encontró pobre entre nosotros.
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